∗ Mestiza, Patricia Cerda ∗
≈ Novela Histórica
≈ 315 páginas, 2016. Ediciones B.
«He aquí las confesiones de una cautiva del reino de Chile. Cautiva como lo fue mi madre, como lo fue también mi hermano menor, como lo fueron muchos españoles entre los míos y muchos de los míos a este lado del mundo. Los cautivos, sus hijos y sus nietos están por todas partes en el reino de Chile. Son, somos el lado oscuro de la vida cotidiana. La vida es un viaje entre la nada y la nada. Yo nunca olvidé mi viaje en ese equipaje. Desde que me tomaron en Lanalhue encarné dos mundos y este es mi testimonio. Fui cautiva, panadera, encomendera, monja, cantora y últimamente samaritana y cronista de mi propia vida. Todos estos roles me cayeron del cielo. No fui yo quien los eligió».
La voz de la Mestiza Animallén se levanta fuerte y clara para contar su historia en este fascinante relato de época, construido con el rigor que entregan las fuentes históricas y la libertad de ficción. Patricia Cerda debuta en la novela con un texto que no es solo un viaje al pasado de una mujer con agallas, sino que también un viaje al pasado de un país contradictorio, trágico y bello al que llamaron Chile.
1. La autora
Patricia Cerda nace en 1986, Chile. Es Doctorada en Historia en la Universidad de Berlín. Se especializó por más de dos décadas en temáticas de interculturalidad y migración femenina. En 2013 publicó “Entre mundos”, una recopilación de cuentos y ésta es su primera novela. En una entrevista para el diario El Mercurio refiere en torno a la creación de Mestiza: “Cuando hice las investigaciones para mi doctorado pensaba que había tantas historias personales que se podían contar. Porque en el fondo la literatura es añadir la dimensión de lo humano a eso, y provocar una identificación con ese tiempo, con la sensibilidad de la época».
2. Argumento
En palabras de la autora, Mestiza trata sobre las “raíces de la historia chilena”. La novela cuenta la historia de una mujer, en pleno siglo XVII, que se divide en una dicotomía identitaria: Su ser mapuche, Animallén y su nombre español, Marina, con el que vive distintas experiencias a lo largo del relato.
La novela comienza con la captura de Animallén, por parte de un español de nombre Álvaro, Sargento Mayor del Poblado de Arauco, donde es llevada como manceba y panadera del lugar. Animallén o Marina, como es bautizada en aquel lugar, es originaria de Lanalhue y es hija de un cacique mapuche y de una española que fue cautiva.
De aquí en adelante, vive experiencias impensables para una mestiza: desventuras, alegrías, tristezas, viajes emocionantes, aprendiendo distintos oficios y conociendo diversos personajes que habitan la heterogeneidad del reino de Chile. Siempre cruzada por su corazón de origen irrevocablemente indígena, Marina o Animallén, lleva en sus relatos el peso de una historia que opta en ocasiones por ocultar, pero que no deja de latir en su interior. Animallén sufre con la Guerra de Arauco y las consecuencias que ésta tiene para su gente, mostrando una postura crítica ante las ofensivas de España. Sin embargo, esto no le impide simpatizar con el mundo español y mestizo. Es Marina quien comparte y vive con un mundo del cual cotidianamente forma parte, pero es Animallén quien espera que la causa indígena tome su curso, y acabe con el sufrimiento de los suyos.
Mestiza es una novela narrada en primera persona, con un lenguaje claro y sencillo, aunque no por eso, menos poético.
3. Protagonista
Animallén es una mujer de una fortaleza extraordinaria, reflexiva, empática y sensible. Esta fortaleza que la caracteriza, se evidencia en su resiliencia con las vicisitudes que le presenta la vida y en su carácter persistente, que bien podría interpretarse como un símbolo de su ser mapuche. Pese a los sufrimientos que le toca vivir, no se muestra como una mujer rencorosa o vengativa, al contrario, Animallén está dispuesta a ayudar a quien se le solicite granjeándose la amistad y cariño de distintas personas.
4. Temáticas
La Guerra de Arauco es un telón de fondo durante toda la historia, aunque explícitamente no se encuentre presente. El afán conquistador, la sed de poder y el temor a perder terreno frente a otros conquistadores por parte de los españoles se enfrentaban con la fiereza y la persistencia de los indígenas. Pero lo interesante del relato, es que Marina no hace esta distinción enfatizando en “malos y buenos”. Ella vislumbra entre los soldados españoles, a hombres prudentes y sabios, que cambian su perspectiva de la conquista al adentrarse en territorio chileno. Refiere que ellos defienden la guerra defensiva, relatando como son éstos líderes los que cooperan con los períodos de paz transitoria, llegando en ocasiones a ciertos acuerdos. Sin embargo, relata también a líderes codiciosos, avariciosos de poder o también soldados violentos, sedientos de sangre y matanza. Finalmente, están aquellos que se mezclan con la cultura indígena, quienes desertan de la guerra, del oro y riquezas prometidas, formando familias, trabajando errantes o robando a otros españoles.
Además, la protagonista profundiza en su propia concepción de la guerra, la que pocas veces da a conocer a quienes se encuentran en el camino. Sabe que sus opiniones no serían bien acogidas por el mundo mestizo y español, y por ello las reserva a lo largo de la historia, siendo el lector el confidente de sus más íntimos pensamientos.
“Descanso en el pensamiento de que el más sabios entre los sabios es el tiempo, juez y pacificador de todos los conflictos. Lo será también la Guerra de Arauco. Los temperamentos que hasta ahora parecen irreconciliables se van a mezclar con el tiempo. Vislumbro en el tiempo un temperamento nuevo e igualmente fuerte, igualmente inquebrantable. El reino del que provengo no admite términos medios.”
“El odio a los míos no era más que una consecuencia de la mala información y la ignorancia (…) Todos condenaban la guerra, pero nadie quería entenderla. Se contentaban solo con conocer la corteza de los sucesos, nadie quería penetrar en terrenos más profundos.”
Así también, se nombran algunas de las injusticias que en aquel entonces eran totalmente permitidas, como los trabajos forzados, la esclavitud o las violaciones por partes de hombres con poder. Se evidencia la jerarquía de clases, donde el origen sanguíneo español ocupa el primer lugar y los esclavos negros son el último eslabón de la cadena.
Sin embargo, no todo en la novela es sufrimiento. La protagonista forma importantes amistades a lo largo de sus distintos viajes, las que hacen de la novela una aventura de personalidades variopintas. Profundizar en cada uno de los personajes secundarios sería demasiado, pero son éstos vínculos fundamentales para la evolución del personaje principal. Separada de su familia, desde el principio del relato, son éstos lazos los que constituyen su principal compañía. Mujeres con quienes comparte alegrías, penas, cantos y bailes, así como también hombres sabios, lectores que le abren posibilidades de conocimientos inusitadas. Una frase que resume aquellos momentos:
“Siempre he adorado los momentos redondos, amenos y protectores de la amistad. Protectores del vacío, de la nada que no es querer ni ser querida…”
El amor de pareja no está exento en las páginas. En la primera parte de la novela, notamos que éste no le viene dado a la protagonista, y que bien podría haber mermado su confianza en el género masculino (no diré más de este punto, para no entrar en spoilers). Sin embargo, el relato nos habla de segundas oportunidades en la vida, de un amor compasivo, sincero y que deja una huella para toda la vida en Animallén.
Como es de esperar en un relato de la Conquista, la religión es una temática también recurrente, entre las que se muestran: la evangelización, la conversión por parte de muchos indígenas, las prácticas religiosas católicas. Tal como sucede con la guerra, existen personajes caritativos, cercanos, y bondadosos, así como también otros corruptos y entrometidos.
Finalmente, una de las temáticas que más llamo la atención, fue la relación que la protagonista mantiene con la lectura y la escritura. Marina era como muchas mestizas y mestizos, analfabeta, y aprender a leer para ella significó una apertura a un mundo desconocido, nuevas reflexiones y un afán por escribir su propia historia. Marina se vuelve con el tiempo una mujer culta, con variedad de conversaciones, siempre con una opinión clara de las cosas, elocuente, aunque no siempre con la intención de contar sus íntimos pensamientos. Se nombran autores universales, como San Agustín, Calderón de la Barca o Quevedo, donde se deja clara la influencia cristiana en sus lecturas.
“Escribía para no olvidar, para repasar y ejercitar la lectura. Así fui dejando constancia de un camino, el camino de una mestiza del reino de Chile en este siglo XVII, siglo del cebo, del cáñamo y la guerra.»
“Presentí que los libros me iban a consolar, que me mostrarían cosas que yo no sabía y me harían ver el mundo con otros ojos.»
5. Opinión
Me ha parecido un libro hermoso, interesante y cautivador, además de bien documentado, lo que demuestra la experticia de la autora como historiadora. Quizá se deba en parte a la identificación con la historia que se vincula a mi propio país. Pese a eso, creo muy interesante el leer sobre un tema que pareciera se encuentra invisibilizado. Una novela que muestra las contradicciones de un pueblo faccionado, como consecuencia de una conquista impuesta y violenta, y que pese a ello, va hilando una nueva forma, un nuevo nacimiento que es un híbrido extraño, pero híbrido al fin y al cabo.
Por otro lado, quisiera destacar el escoger una protagonista femenina al relato, lo que le da una fuerza distinta a la novela. Y no lo destaco por una mera identificación con el género, sino por los vejámenes a los que las mujeres de aquel entonces estaban expuestas; violaciones y maltratos recurrentes por parte de españoles, mujeres viudas que debían salir adelante con sus familias, y otras engañadas. Si el relato hubiera tenido una perspectiva predominante masculina, probablemente esos hechos no habrían cobrado la importancia que merecen, ya que Animallén no solo relata su propia historia, sino también de aquellas personas con las que comparte diariamente, entre ellas, sus amigas.
Hubiera deseado mayor profundidad en algunos relatos, mayor descripción y detalle a las relaciones de amistad que forja y al que se conoce luego como el amor de su vida. Sin embargo, comprendo que es un libro para reflexionar, pero desde un texto ágil, que te transporta fácilmente a la época, sin grandes complicaciones en la lectura y que además busca entretener. La autora ha conseguido su propósito, al menos en mí: empatizar con aquellos que vivieron ésta época, dándole un toque humano a un período histórico que es enseñado como una sucesión de fechas conmemorativas. Un recomendado que definitivamente me da gusto haber leído durante el comienzo de este año.